La gran iniciativa propuesta por los ganaderos para acercar a los aficionados y a la gente que quiera aprender y conocer sobre el toro de lidia no tiene precedentes.
Ciertamente no se trata de una invitación a la ligera, se trata de que el interesado adquiera una responsabilidad compartida sobre el ahijado. Esta iniciativa desde luego invita a la afición no solo a vivir al lado de una ganadería todos los sucesos del campo bravo sino que también a sufrir todas las adversidades que a lo largo de tres hierbas van viviendo los novillos y la casa ganadera. Saber que significan dichos como años de vacas flacas y años de vacas gordas, no es poca cosa.
Ver la transformación de un becerro en novillo para convertirse en toro, pasar del añojo, al eral, del eral al utrero, y del utrero al cuarteño o TORO es tiempo, tiempo que a veces pareciera que no avanza, tiempo en el que pasa la primavera y llega el otoño, en que el invierno deja los pastizales secos y tiempo de que vuelva el verano con su preciada lluvia, tiempo insisto, el que da la solera, el trapío, la edad. Por ello estamos consientes de que no es un proyecto para todos.
Acercar a la afición a conocer el campo bravo es y ha sido principal razón de esta casa pues sabemos que tienen absoluta conciencia de que sin afición no hay fiesta. Ojalá todos nos contagiemos de este entusiasmo y aprovechemos este proyecto para acercarnos a conocer más sobre su majestad: el TORO.
Gracias Enrique y Claudia, de corazón por abrir las puertas de su casa para todos.
E.Moreno